Como hace ya más de 22 años, los datos de la Red de Evaluación de Cultivares Comerciales de Soja del NOA, fueron presentados en el XXII Taller de Variedades de Soja que fue organizado por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán, para que los productores dispongan de una herramienta muy válida a la hora de tomar decisiones sobre qué sembrar en las diferentes campañas de soja, comentó Mario Devani al ser consultado por LA GACETA Rural.
El investigador destacó el esfuerzo que, año tras año, realiza el equipo para llevar adelante los ensayos de las Macro Parcelas en las diferentes zonas productoras de la región, obteniendo los diferentes datos que luego son analizados y, de esa manera, puedan llegar al productor para que en definitiva los utilicen adecuadamente.
También ponderó a los técnicos de las empresas semilleras y a los productores que también participan en las Macro Parcelas, “ya que sin el trabajo de ellos esto sería más dificultoso”, agregó.
Sin duda que el objetivo buscado hace muchos años atrás, de crear un ámbito de discusión y análisis a través de las macroparcelas, fue logrado, y en esto destaco el trabajo de todos los que participaron en lograr el éxito que actualmente tenemos con esta herramienta.
Durante la presentación de los datos que fue realizada por Fernando Ledesma, se mostraron los resultados de las macroparcelas de las distintas localidades participantes, para luego dar a lugar a diferentes tipos de análisis.
Las conclusiones
En cuanto a “grupo de maduración” (GM), en la campaña 2018/19 las variedades de GM Cortos lograron mejores rendimientos que las variedades de GM Largo (más de 6%), beneficiadas por las condiciones del año (sin restricciones hídricas, siembras tempranas). En el 50% de las localidades evaluadas (6 de 12), los cultivares de GM V obtuvieron mejores rendimientos, seguidos por el GM VII que se destacó en cinco localidades. Al comparar las últimas 10 campañas del NOA, se observa como tendencia que los GM largos obtienen mayores rindes, pero en las últimas dos campañas los GM cortos obtuvieron rindes mayores y con promedios muy altos.
Otro análisis que se realizó fue a partir de “índice ambiental”, el cual determinó que la mayoría de los cultivares de GM corto se comportaron como adaptables, lo que indica que responden fuertemente a mejoras del ambiente. Los materiales largos se clasificaron como estables, con rendimientos más bajos, en líneas generales.
En estos estudios, para la última campaña, se distinguen entre las variedades de ciclo corto a DM 60i62 IPRO, CZ 6505 RR, RA 5715 IPRO, ACA 5825 y Ho 6620 IPRO.
En ciclo largo sobresalieron DM 8473 RR, ACA 7890 IPRO, CZ 6806 IPRO y DM 67i70 IPRO.
Si bien se pudo evaluar en pocas localidades, el cultivar Tukuy RR (GM VIII, del Programa de Mejoramiento Genético de la Eeaoc) se destacó con un muy buen potencial de rendimiento.
En cuanto a la “comparación entre variedades con tecnología RR1 y RR2Bt” (que hoy ocupan aproximadamente un 65% de la oferta en el NOA), hay una ligera diferencia en rindes a favor de estas últimas. A medida que la evaluación se hace con mayor detalle, las ventajas de los cultivares Bt se agrandan, observándose que su porcentaje de éxito es superior al 75% en las últimas cinco campañas agrícolas.
Finalmente, se realizaron análisis con datos de las últimas 20 campañas de la Red, observándose que “para los GM cortos fue el año de mayores rindes promedios históricos”, mientras que para “las variedades de GM largos los rindes fueron similares a los de los mejores ciclos agrícolas”. Si bien la tendencia de los últimos 20 años indica que los GM largos son lo más estables, sobre todo en campañas adversas, en el último lustro los cortos lograron rendimientos muy altos y superiores a los de los largos, modificando las preferencias de los productores de la región.